Cómo lidiar con las regresiones del sueño en los niños pequeños

¿Qué es una regresión del sueño?

Tu pequeño duerme como un angelito, y de repente comienza a resistirse a la hora de acostarse, se despierta en medio de la noche o se levanta antes del amanecer. ¿Te suena familiar? Estos contratiempos aparentemente inesperados en el sueño se conocen como regresiones del sueño.

¿Cuándo ocurren las regresiones del sueño en los niños pequeños?

Las regresiones del sueño a menudo van de la mano con hitos físicos o de desarrollo (piensa: la dentición o el aprendizaje de una gran habilidad nueva, como caminar o hablar). Por ejemplo, al principio, podría ser un bebé de 3 meses que pasa de despertarse una vez por la noche a llorar pidiendo ayuda cada hora (también conocida como la temida regresión del sueño de 3 a 4 meses). O un bebé de 9 meses que de repente comienza a despertarse varias veces para practicar el gateo... y se queda atascado en una posición incómoda (la llamada regresión del sueño de 9 meses). Por supuesto, el sueño de los niños pequeños también puede retroceder, como un niño que de repente se despierta dos veces por la noche pidiendo agua o tu presencia para calmar sus miedos. Los padres a menudo hablan acerca de regresiones de los niños pequeños alrededor de los 18 meses y los 2 años... pero las regresiones también pueden ocurrir más tarde.

¿Qué causa las regresiones del sueño en los niños pequeños?

Los niños pequeños tienen el doble de conexiones cerebrales que nosotros. Este enorme estallido de actividad le permite a tu hijo curioso mejorar sus habilidades, pasando rápidamente de caminar a correr, hablar, jugar juegos y usar modales. Muchos niños pequeños enérgicos se resisten a la hora de acostarse porque odian dejar la emoción de estas experiencias. Se entusiasman tanto moviéndose, aprendiendo y explorando que lo último que quieren hacer es sentarse y quedarse dormidos; prefieren quedarse despiertos para ver qué hacen los demás.

Además, los pequeños están aprendiendo a vivir en nuestro mundo de relojes y reglas. ¡No es de extrañarse que sigan chocando contra nuestros límites y empujándolos para salirse con la suya! Con ciertos niños tenaces, este impulso hacia la independencia puede conducir a un comportamiento muy terco ("¡No!" es una palabra favorita entre los niños pequeños)! Y, lo que genera aún más problemas para dormir es otro rasgo universal de los niños pequeños: cuanto más se cansan, más irritables y desafiantes se vuelven.

Además del desafío normal, existen algunas otras causas de regresión del sueño:

Su hora de dormir no es la adecuada. 

Has establecido una hora de dormir demasiado temprano (no están cansados) o demasiado tarde (están demasiado cansados ​​y nerviosos). Nota importante: si tu hijo pequeño recientemente empezó a dormir una siesta menos durante el día, es probable que debas adelantar la hora de acostarse para evitar problemas de sueño relacionados con su cansancio excesivo.

Tu pequeño tiene ansiedad. 

Es totalmente normal que los niños pequeños pasen por períodos de miedo. Después de todo, son personas pequeñas que están rodeadas de personas grandes que gritan, perros grandes que ladran, violencia en la pantalla y sus propios impulsos agresivos. No es de extrañar que los niños pequeños de repente se preocupen por la oscuridad, los extraños, los "hombres malos" u otros temores nuevos.

Tu niño todavía está enganchado a la ayuda de mamá o papá. 

Todavía no ha aprendido a quedarse dormido sin ti.

Tu niño pequeño está sobreexcitado. 

Tu pequeño puede estar sobreestimulado por las pantallas, los juegos bruscos, el azúcar o la cafeína antes de acostarse... o los grandes cambios en la vida, como el nacimiento de un nuevo bebé o el comienzo del preescolar.

Algo le está molestando. 

Las luces brillantes, los ruidos fuertes o la incomodidad (la dentición, una habitación demasiado cálida o demasiado fría, la nariz tapada, las pijamas que pican, etc.) pueden interferir con el sueño.

¿Cuánto duran las regresiones del sueño de los niños pequeños?

Eso depende. Si abordas la causa de la regresión de tu hijo de inmediato, puede ser de corta duración, de unos pocos días a un par de semanas. Pero, si se maneja incorrectamente (con vergüenza, impaciencia, mensajes contradictorios, etc.), los comportamientos molestos del sueño pueden durar meses.

¿Cuál es la mejor manera de manejar la regresión del sueño de tu niño pequeño?

Prepárate para la hora de acostarse... durante el día para mejorar el sueño de los niños pequeños.

Los niños duermen mejor cuando tienen un día lleno de luz natural, aire fresco, ejercicio, buena comida, juegos, un poco de práctica de respiración o atención plena y cuando se evitan los estimulantes (té helado, refrescos, azúcar, chocolate, descongestionantes, etc.). Durante el día, también es bueno practicar la lectura de un libro para dormir hecho por ti: un libro casero con fotos para ilustrar todos los pasos de la rutina para dormir. Leer esto juntos ayuda a tu hijo a saber qué esperar cuando sea el momento de irse a dormir.

Usa una rutina predecible a la hora de acostarse.

Una buena rutina a la hora de acostarse contribuirá en gran medida a ayudar a evitar problemas de sueño. Comienza la rutina aproximadamente una hora antes de acostarse. Atenúa las luces, enciende un ruido blanco bajo y retumbante en el fondo, deja de jugar bruscamente y apaga las pantallas. Leer juntos, un baño tibio o tal vez un masaje pueden ser señales relajantes de que se acerca la hora de acostarse.

Luego, después de ponerse la pijama y cepillarse los dientes, es útil organizar los últimos 15 minutos en una rutina muy predecible: acurrucarse juntos en la cama (con el ruido blanco encendido), leer algunas historias, hablar suavemente antes de acostarse. Finalmente, una pequeña canción de cuna y luego "buenas noches, mi amor".

Los niños pequeños que luchan contra el sueño o que dependen de tu presencia para dormirse, pueden beneficiarse de una pequeña técnica para trabajar la paciencia. Primero, comienza a usar ruido blanco todas las tardes y noches y anima a tu hijo a elegir un peluche favorito. A continuación, practique el trabajar la paciencia varias veces al día durante una semana.

Por último, a la hora de dormir, después de repasar tu rutina de cuentos y canciones de cuna, de repente di “¡Ay! ¡Espérame tantito! ¡Sólo un segundo! ¡Necesito ver cómo está mamá! ¡Ahorita vengo!”. Sal de la habitación unos segundos y vuelve. Cuando regreses, felicita a tu bebé por esperar. Luego, lee o canta un poco más y una vez más inventa  una excusa de por qué tienes que salir por un período de tiempo un poco más largo, otra vez ("¡Ay! ¡Papá tiene que ir al baño muy, muy rápido! Aquí tienes a tu osito. Dale un abrazo súper grande y papá vuelve enseguida”). Cuando repites esto varias veces, aumentando gradualmente el intervalo de espera, es probable que durante varias noches tu niño pequeño se quede dormido mientras espera uno o dos minutos a que regreses.